"Nunca imaginé que la muerte pudiese oler a madreselva"

miércoles, 14 de marzo de 2012

En un mundo mejor







"En un mundo mejor", obra maestra del 2010, un gran drama contemporáneo. Historia que plantea un profundo dilema moral, donde los valores de esta sociedad occidental se ponen en tela de juicio. ¿qué define al ser humano civilizado? ¿es la violencia, en última instancia, la única tabla de salvación? ¿hasta qué límite somos capaces de ser bondadosos por ese mundo más justo, más compasivo?. Y todas estas dudas construidas con la maestría de una directora portentosa, escensas tensas, emotivas y crudas que avanzan hacia un desenlace tremendo. Film emocionante desde esa pátina de frialdad propia del cine sueco, hilvanado por un guión bien desarrollado y unas portentosas interpretaciones de todos los actores. Nuestra mirada se vuelve más vulnerable despues de ver este largometraje. No se pude pedir más.

jueves, 23 de febrero de 2012

El niño de la bicicleta






Película intensa, vibrante y sensible. Una de las grandes muestras del cine social, la caída y resurrección del ser humano. Los directores han puesto mucho amor en estos personajes, mientras que el espectador se emociona con una historia que avanza sin estridencias ni subrayados de ningún tipo, cine con mayúsculas.

jueves, 2 de febrero de 2012

Los Descendientes



Película de confusa lectura estos “Los Descendientes”. Después que su director, Alexander Payne, sorprendiera al mundo con “Entre copas” (que yo disfrute mucho, y más aún, como amante del vino que soy) ha ido atesorando un aura de cine de autor y poco convencional muy del gusto de la crítica. Ahí radica el problema, nos la han vendido como la película de año, y dicha afirmación está muy lejos de ser cierta. Comentan que consigue imprimir un tono tragicómico a sus filmes muy alejado de lo que actualmente se hace, sin embargo, da la sensación de quedarse a medio camino de ninguna parte. Hay muchas películas, clásicas y recientes, con una vocación tragicómica muy por encima de lo alcanzado por Payne, que reflejan de forma más acertada esta realidad (realidad que al fin y al cabo es la vida misma), por ejemplo “El hijo de la novia” o todas las películas de Daniel Sánchez Arévalo.

Obra de personajes, está construida entorno a George Clooney, muy ajustado en su interpretación, y la relación conflictiva que mantiene con sus dos hijas, principalmente con la primogénita adolescente, la guapa y buena actriz Shailene woodley, una chica con futuro. Ahora, puestos a elegir, me quedo con Jennifer Lawrence, la joven protagonista de “Winter´s Bone”, uno de los pocos peliculones del año pasado.

Al margen del acontecimiento que desencadena la historia, una idea interesante que gravita sobre el resto de la trama, lo más destacable del film son las situaciones absurdas en las que se ven envueltos los miembros de esta caótica familia, y la empatía que provocan en el espectador. De desarrollo lento, con largos silencios, a ratos resulta un tanto tediosa. En definitiva, cinta de superficie brillante, amena por momentos, intimista, pero con poca chicha en el fondo.


Nota de la película: 6

viernes, 20 de enero de 2012

TROPA DE ÉLITE


En las favelas brasileñas, donde la muerte es habitual moneda de cambio y una larga guadaña está siempre a punto de rozarte la piel, cualquier descuido puede llevarte a la tumba. Meterse en ese microcosmos supone arriesgar muchas cosas y vivir con el peligro en los huesos. Esto lleva a la desesperación, a la falta de moralidad o a una versión de moral muy sui generis y desprovista de todo sentimiento. En los últimos años varias películas se han introducido en ese otro mundo, que tenemos en las mismas narices, para contar historias; sin embargo, ninguna me ha calado tanto como esta “Tropa de élite”, de 2009.

Film impactante y duro, entre el cine político y el cine bélico. Grabado con cámara al hombro en muchos de sus tramos, mostrando unas imágenes sórdidas, de colores vivos, y en un tono semidocumental que le otorga mayor veracidad, como si pudieras meterte en el pellejo de esos policías al límite. Ofrece además una visión descreída de la sociedad, la corrupción, el poder malsano, las traiciones y el “sálvese quien pueda”, en definitiva, un alegato sobre la ley de la selva.

Pero lo mejor de todo, el porqué hay que verla, es la trama vibrante tejida por José Padhila. Los hechos van desencadenándose uno detrás de otro formando una tela de araña de consecuencias terribles. Nunca sabes en que va a desembocar cada uno de los actos de los personajes, cuanto resistirán arrasados por la vorágine de los acontecimientos, y así, en una espiral despiadada, la historia crece y crece sin parar, manteniéndote en vilo, hasta que al final el mundo se derrumba. Bestial.

martes, 17 de enero de 2012

Sherlock Holmes: juego de sombras



Se dice que Robert Downey Jr. es un tipo que despierta simpatía y transmite magnetismo, con esa aura de canalla que imprime a sus personajes muy a gusto del público. A mí, sin embargo, no es un actor que me guste especialmente, esa simpatía de la que hablaba me parece ridiculez más que otra cosa, y percibo más bien limitadas sus dotes interpretativas. Así que con esas reticencias fui a ver “Sherlock Holmes: juego de sombras”, segunda parte de la remozada franquicia creada por Arthur Conan Doyle.

Comparada con la anterior mantiene ciertas similitudes, si bien, también ha dado algunos pasos cobardes que la alejan de su predecesora. Ya en esa película fundacional las escenas de acción tenían un peso muy importante a la hora de revitalizar la leyenda del detective, pero en ésta que ahora nos atañe, el bueno de Guy Ritchie se ha decantado por utilizar coreografías a cámara lenta, saltos al vacío y bla bla bla, muy al estilo Matrix, haciéndole perder la poca verosimilitud que pudiera ofrecer. También esperábamos con expectación la influencia que tendría Moriarty en la historia, y tampoco ha sido nada del otro mundo. En positivo persiste el sentido del humor entre Watson y Holmes, sus manías y “tiras y aflojas” propios de una relación de pareja, al igual que las deducciones imposibles de su mente privilegiada. La trama es entretenida aunque un tanto plana, a lo James Bond, pero lo más destacable del film es la estética mejorada de un Londres de finales del siglo XIX o principios del XX; las calles, la suciedad, los carruajes, las vestimentas, los edificios…

En resumen, una peli entretenida (mejor catalogarla de peli que de película, porque necesitaría más empaque), para pasar un buen rato, pero que en el camino ha perdido la magia, las dosis de entusiasmo que transmitiría una versión un pelín más clásica del mito y no un despiporre de acción y guiños superfluos.

P.D.: para los acérrimos seguidores del legendario personaje recomiendo fervientemente que veáis la serie británica de 2010